Durante nuestra vida vamos transitando varias etapas, hay momentos en donde creemos que vamos bien pero al mismo tiempo, a veces sentimos como un pequeño vacío, es una señal muy sutil indicando que nos estamos desconectando de nuestra ESENCIA por más que el ambiente exterior sea favorable.
Cuando los resultados externos no son los esperados o no nos llenan demasiado, comenzamos a frustrarnos, a sentirnos ansiosos, estresados, irascibles, disconformes, nos quejamos bastante, etc….. Esto nos hace llegar a una situación en que nos damos cuenta de la necesidad de cambios.
Ante esto comienza una etapa de descubrir que está pasando, cuál es la razón por la que no vivimos a gusto. Al principio se busca las causas en los acontecimientos externos, pero estos por más que cambiaran no resolverían el verdadero problema, el cual tiene su raíz más profunda en el interior de la persona.
Aquí surge la primera diferencia entre las personas que logran un cambio, muchos seguirán buscando respuesta en el exterior, encontrarán soluciones pero serán transitorias, con lo cual se pasarán el resto de su vida así. Otros en cambio se darán cuenta que el cambio debe venir de ellos mismos, que es descubrir y explorar su interior.
Estos últimos cuando empiezan a recorrer el camino que implica adentrarse en su interior, para descubrir lo que necesitan hacer de modo que puedan reconectarse con su ESENCIA, se produce dos tipos de grupos. El primero saca su valentía a flote y acepta transitar el camino del cambio por más que eso les genere mucho dolor y esfuerzo en hacerlo, porque saben que el premio es demasiado grande.
El segundo grupo (y en este me voy a centrar hasta el final del post) al ver lo que deben hacer para provocar el cambio y dejar de depender de las circunstancias, deciden cancelar el billete del viaje y se quedan esclavizados en el reino de sus saboteadores y creencias limitantes.
El gran problema de esto no es decidir no cambiar porque se está a gusto con la vida en el reino de los saboteadores, sino que no se da el paso por el miedo, la incertidumbre y el tener que comprometerse para romper con hábitos tóxicos y creencias caducadas. Con lo cual este grupo de personas comienzan a vivir su vida en lo que llamo “vivir en tierra de nadie”.
¿Qué quiero decir con esto de “vivir en tierra de nadie”?, es cuando se vive la vida en una auténtica dualidad, traducido al famoso “quiero y no quiero”, porque vivir en reino del ego, saboteadores y creencias limitantes te harán estar en un sitio que has elegido por miedo y no porque te conviene. Además en tu cabeza e interior estará constantemente presente el sueño de cómo te gustaría vivir, porque ya sabes interiormente que para alcanzar tus metas debes romper con ese reino y si no lo has hecho es porque el miedo y las excusas te tienen atrapado.
Una vez que una persona descubre lo que debe hacer para cambiar y dar la vuelta a la situación pero no lo hace por sus dudas y miedos, ese es el momento en donde comienza a “vivir en tierra de nadie”, porque se produce una dualidad en su vida, la razón va por un lado (esclavizada por los saboteadores, creencias limitantes y egos) y la ESENCIA por otro, con lo cual cuando se produce esto es imposible desarrollar todo el potencial.
Para cambiar y sentirte pleno es necesario si o si romper y reprogramar las creencias limitantes, si no es así, se vive en ese famoso “quiero y no quiero”. Vivir desde esta perspectiva es muy frustrante, porque te sientes impotente, atado, muy limitado, es como tener una carga de 100 kg. en tu espalda todos los días.
Lograr REconectarte con tu ESENCIA es difícil y complicado porque se necesita mucho esfuerzo, compromiso y valentía, pero hacer el camino te llevará a una recompensa muy grande. En cambio “vivir en tierra de nadie” porque el miedo te tiene allí y no porque tú lo has decidido, es estar en medio del desierto esperando que aparezca un OASIS sin moverte.
Germán Antelo Solozábal
Coach ACC por ICF Global
Coaching Financiero, para Emprendedores,
Liderazgo y Formación.
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blog: http://gerant05.wordpress.com