Es evidente la drástica naturaleza cambiante del “empleo” en el mundo. “En Estados Unidos ni siquiera uno de cada 10 estadounidenses trabaja en una de las grandes empresas ranqueadas en el Fortune 500”, señala Dan Pink en su libro “Free Agent Nation”, algo así como “Una nación de agentes libres”. Agrega que “el primer empleador privado de los Estados Unidos, por número de personas, ya no son la General Motors ni AT&T. Es Manpower Ing.”.
Los free lancers y los contratistas ya son 25 millones de gringos. Los empleos temporales son tres millones y van en aumento. Hay directores temporales de proyectos, abogados temporales, biólogos moleculares temporales y …..CEOs temporales, conocidos por Interim managers.
Pink señala que hay 27 millones de “trabajadores de oficina” que trabajan en micronegocios, con menos de cuatro empleados. Sumándolo todo, 55 millones de estadounidenses trabajan en puestos no muy tradicionales.
La unidad fundamental de la nueva economía no está siendo la corporación, sino el individuo. Las tareas no son asignadas y controladas mediante una cadena estable de dirección, más bien son realizadas de modo autónomo por contratistas independientes, e-lancers, quienes se unen en fluidas y temporales redes de trabajo para producir y vender bienes y servicios.
Cuando el trabajo está terminado, la red se disuelve y sus miembros vuelven a ser agentes independientes, que circulan por la economía en busca de una nueva asignación.
El trabajo autónomo se convierte en la nueva economía de verdad.
El proceso se inició en la década de los 80, cuando las empresas redujeron drásticamente su personal y se dieron cuenta que podían hacer más con menos gente, incrementando el outsourcing, la subcontratación, el uso de ERP o software de gestión integrada, produciendo el inicio de un proceso que ya tiene a medio mundo sin empleo fijo y seguro. Si no lo hacían nos quedábamos fuera del mercado, porque esto está sucediendo en todas partes.
Gran parte de las oportunidades laborales que se crean están en los servicios temporales, por honorarios y por proyecto. Existe un número creciente de profesionales independientes, que participan en procesos de las grandes empresas, siguiendo el modelo que se está desarrollando en el mundo entero.
Esto se traduce en millones de personas en el mundo que trabajan para empresas de servicios temporales o para las propias empresas. Se considera entre éstos a un 30% a 40% de los empleados públicos que están bajo el régimen de “a contrata”. Bajo la misma condición millones de personas trabajan en pequeñas y microempresas, equivalente al 84% de la fuerza laboral total.
Fernando Vigorena
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