El homus-corporativo contemporáneo sufre de un pavoroso empobrecimiento histórico que lo tiene sumido en un verdadero "metro cuadrado". Está al tanto de los índices, de las fluctuaciones, de los bits y de lo que sucede al otro lado del mundo, pero no da espacio a la reflexión sobre sí mismo, su entorno basal y continúa exhibiendo gran torpeza en sus relaciones personales.
Este profesional está hasta tarde en la oficina, trabajando y pensando
solamente en sus funciones.
No tienen tiempo para pensar en cosas distintas. Tiende a aislarse y a catalogar de inútiles las reuniones, conversaciones con otras personas o temas que no sean de su nivel, actividad y giro.
Tiene mucha dificultad para contestar correos y llamadas telefónicas.
Ha desterrado las emociones, las afectividades y las redes del palacio del conocimiento.
Si alguna cosa está democráticamente bien distribuida en su medio y en nuestra sociedad, es la torpeza emocional. Ricos y pobres, iletrados y posgraduados, todos manifiestan igual nivel de irracionalidad afectiva y analfabetismo emocional. Nadie está dispuesto a conversar con un amigo, a leer, a pensar y reflexionar. Contamos nuestros bienes pero no nuestras pasiones.
Vivimos en un mundo de pequeñas relaciones cortoplacistas, con escasa generación de verdaderas redes y amigos. Nada debe distraer al "conquistador" de su objetivo grandioso: someter a los demás a su hegemonía política y a sus redes de mercado.
Son discípulos y adoradores de las habilidades duras (de los fuertes) y recelosos de habilidades blandas (de los débiles).
El mundo de este profesional actual suelen ser las paredes de su oficina y la mesa de sus reuniones.
No valora los contactos, está escasos de ellos, desconectado del mundo. Se minimiza profesionalmente y pierde calidad de vida. Se convierte en obrero especializado con salario de jefe o gerente creativo.
Muchos de ellos han logrado salir de este encierro, reduciendo horas de trabajo, compartiendo mas con la familia, activando redes de contacto, devolviendo llamadas, leyendo buenos libros y dándole otro sentido a la vida.-
Fernando Vigorena
http://www.conferencistas.cl/