Los últimos estudios publicados por prestigiosas consultoras, como Datamonitor o IBM Business Consulting Services, señalan que el uso de los terminales móviles como instrumento de pago será algo generalizado en el futuro (el 75% de los usuarios de telefonía móvil se muestra dispuesto a ello). De hecho, aseguran que ésta será la principal aplicación de los próximos servicios en la telefonía móvil.
Existen diferentes iniciativas de pago por móvil, promovidas por distintos agentes: en unos casos iniciadas sólo por operadores telefónicos (como la recién aparecida Simpay), otros propiciados por el mundo financiero, en otros casos impulsados por empresarios ajenos al mundo de la telefonía móvil o al financiero (como es el caso Paybox) y otras basadas en un modelo de cooperación intrasectorial (entidades financieras y operadores de telefonía móvil), como es el caso de Mobipay.
Mobipay es una iniciativa española promovida de forma conjunta por las tres compañías de telefonía móvil (Telefónica Móviles, Vodafone y Amena) y procesadoras de medios de pago financieros (Sermepa, Sistema 4B y Euro 6000), que se ha basado en dos realidades presentes en nuestra sociedad. Por un lado, la socialización que ha supuesto el fenómeno de la telefonía móvil, que ha logrado alcanzar en pocos años una tasa de penetración difícil de replicar: un 83% de los ciudadanos cuenta con teléfono móvil. Por otro lado, la calidad del servicio y la capacidad de procesamiento del sistema de medios de pago implantado en España, uno de los más avanzados del mundo. La práctica totalidad de las operaciones se gestionan en tiempo real, con unos niveles de fraude confirmado con tarjeta muy bajos, tanto sobre el volumen de pagos realizados con tarjetas, como en comparación con el existente en países de nuestro entorno más próximo.
La cuestión que surge es ¿por qué pagar con el móvil?. A nadie se nos escapa a estas alturas que, vayamos donde vayamos, llevamos el móvil junto a nosotros. El móvil nos permite estar localizados y, además, al ser un objeto de uso personal y exclusivo, nos permite identificarnos. Nuestro móvil, nuestro número de móvil, es nuestro y sólo nuestro. A partir de ahí, ligarlo a un medio de pago es sencillo.
Basta con indicar a la entidad financiera (banco o caja de ahorros) que queremos asociar nuestra tarjeta a nuestro teléfono móvil. Para pagar, para recargar el móvil, para comprar en Internet,...el procedimiento es bien sencillo.
En unos casos, el comerciante iniciará la operación tecleando en su terminal punto de venta nuestro número de móvil y el importe de la compra. Nuestro teléfono nos avisará, prácticamente de forma instantánea, bien mediante una llamada (caso Paybox), en la que nos informan de los datos de la compra y nos piden que la autoricemos, o bien en la que recibimos un mensaje interactivo (es decir, en tiempo real), con los datos de la operación y en la que también se nos pide la autorización (caso Mobipay).
Tanto en un caso como en otro tenemos que teclear la clave secreta personal (PIN) que nos facilitaron cuando contratamos el servicio y a partir de ahí cada sistema se encarga de autorizar la operación, pagar al comerciante y cargarnos el importe de la compra.
Hay otra posibilidad y es que seamos nosotros quienes iniciemos la operación, por ejemplo cuando queremos realizar una recarga (a nuestro móvil o a otro de prepago), o realizar un pago en Internet o transferir dinero a otra persona o simplemente conocer el detalle de movimientos de nuestra cuenta. En estos casos, somos nosotros quienes iniciamos la operación tecleando en el móvil un código específico para cada operación y nuestra clave secreta. El procedimiento es igualmente muy sencillo y el teléfono móvil se va a comportar de forma similar a como estamos habituados a operar en un cajero automático.
En todo este proceso debemos resaltar las ventajas que este sistema nos aporta y su seguridad. Entre las primeras se encuentran, la posibilidad de realizar todas las transacciones que habitualmente se llevan a cabo con tarjeta, recargar la tarjeta de prepago telefónico, comprar en Internet de manera segura, activar cualquier dispositivo vending, realizar compras a distancia o en movilidad e incluso transferir pequeñas cantidades de dinero.
Pero hay más. El teléfono también podrá resolver los problemas de disponer de moneda fraccionaria. Las máquinas expendedoras de bebidas, golosinas, los parquímetros,... estarán identificadas con una referencia que teclearemos en nuestro teléfono móvil y a partir de ahí la máquina nos efectuará el suministro del bien o servicio que hayamos solicitado.
Seguridad, comodidad, conveniencia, todo ello se aglutina en torno a esta nueva forma de pagar, Como es lógico, y no puede ser diferente a cualquier nuevo producto o servicio, el proceso de generalización de este servicio llevará su tiempo, ya que por un lado, los consumidores están empezando a conocer las posibilidades que ofrece y por otro, y en la medida que representa un sistema novedoso, requiere un cambio de hábito por parte del usuario para adaptarse al mismo.
A corto y medio plazo, se están negociando nuevos servicios y ofertas, como el uso del móvil como TPV. Esta opción hará posible que cualquier comercio en movilidad (un fontanero, electricista, repartidor de comida a domicilio,…) pueda utilizar su propio teléfono móvil como Terminal de Punto de Venta. Del mismo modo, el pago entre particulares será una realidad en las próximas semanas.
Una iniciativa más en los medios de pago en los que España es un referente mundial tanto a nivel tecnológico como a nivel de oferta de servicios, y en los que los acontecimientos en nuestro mercado han despertado el interés internacional por el hecho de que los operadores y las entidades financieras hayan unido sus esfuerzos pro ofrecer a consumidores y comercios y proveedores una solución estándar, con independencia de la tecnología del teléfono móvil, el fabricante de éste o la entidad financiera con la que operemos habitualmente.
Autor: Javier Díaz Martin (Director de Desarrollo de Negocio [Movipay)]