La pereza es un enemigo del emprendedor, y es muy peligrosa. Hace lo que un buen contrincante: se esconde”, afirman Hernán Herrera y Daniel Brown en su libro La guía del emprendedor (Ed. Empresa Activa).
Muy cotidianos
Y para saber hacerle frente, los dos autores nos desvelan algunos de sus disfraces, que al ser “tan cotidianos y socialmente aceptados nos pasan inadvertidos”, y que son: Postergar. Es uno de los más comunes: encontrar cualquier razón para hacer pasado mañana lo que debemos hacer hoy. Como dijo Theodore Roosevelt, “haz lo que puedas, con lo que tengas, estés donde estés”.
Buenas intenciones. Son un excelente disfraz: decir y nunca hacer. Y un principio básico del emprendedor es que las cosas se crean dos veces, primero en su mente y luego en la realidad.
Autoengaño. Otro escondite de la pereza. “Cuando yo me propongo algo lo hago, es cosa de que de verdad me lo proponga”. No te quedes tranquilo diciendo que en cuanto lo decidas lo harás. El tiempo es vida.
Perfeccionismo. Disfrazado de señor maduro y responsable, nos dice: “Si vale la pena hacerlo, hay que hacerlo bien porque así soy yo”. Si algo vale la pena hacerlo, entonces hay que empezar, porque nadie empieza sabiendo. Y ahora, no seas perezoso y ponte ya en marcha.
Autor: http://www.emprendedores.orange.es