Las Pymes son más de 126.000 en Chile, la mayoría de ellas dirigidas por sus dueños, muchos de los cuales poseen estudios superiores.
El principal desafío de estas Pymes se centra en mantenerse vigentes y luchar contra una aserrada competencia, superando los problemas financieros y de mercado.
Cuando requieren personal para enfrentar estos desafíos buscan contratar “funcionarios” que mantengan la operación de la empresa, pero no que aporten a la generación de nuevas ideas para fortalecerla y hacerla crecer. En síntesis, se buscan empleados que desarrollen la rutina diaria y no los talentos creativos que se requieren para crecer y pasar de pequeñas a medianas y de medianas a grandes empresas.
La acertada contratación de personal ofrece una óptima oportunidad para la formación de empresas que quieran hacer de la innovación su estilo de trabajo. En estos casos es crucial el talento más que la práctica que deben traer quienes ingresan para potenciar la organización.
Importante, además de sus habilidades, son la aptitud y capacidad de ambientación que les permita comprender rápidamente el trabajo y ejecutarlo de la forma correcta para aportarle luego el grado de innovación necesaria. Se trata de evitar que el nuevo colaborador sólo se limite, por siempre, a la antigua forma de hacer, eliminando así cualquier posibilidad de que surjan nuevas y mejores ideas.
Es necesario buscar entre los postulantes a personas que cultiven una alta autoestima, autocrítica desarrollada, capaces de percibir las señales sutiles. Personalidades autónomas que remeza la cultura organizacional y que amplíen los horizontes del que hacer de la empresa.
Un gerente o propietario moderno de una PYME que desee salir de un círculo limitado de crecimiento, iría más lejos todavía, importando conocimiento fresco. Contrataría gente que nunca hubiese estado viviendo los mismos tipos de problemas con los cuales ha estado lidiando.
En el proceso creativo, el no haber vivido “el” problema es una bendición, sobre todo en las primeras etapas. La manera más fácil de conseguir esa mente fresca es contratando personas con otras experiencias relacionadas, gente que observe y se dé cuenta de lo que un experto ya no puede ver.
En mi experiencia en la materia he verificado que los nuevos servicios y productos se producen justamente en las empresas que introducen mentes nuevas, que no se limitan a sólo cumplir la tarea. Una vez que el talento golpea la puerta, el próximo paso es incentivarlo, para generar los cambios que la empresa requiere para mantenerse lucrativamente en el mercado.
Para que la empresa, a su vez, le sea atractiva a los nuevos talentos debe reconocer el valor de estos, darles un trato justo y equitativo, un buen clima laboral, compensaciones justas, reconocimientos, comunicación de puertas abiertas, empoderamiento, capacitación y desarrollo, que permita a ambas partes conseguir sus objetivos y metas. Aquellas empresas que logran este reconocimiento de parte de sus colaboradores, atraen a los mejores postulantes del mercado y logran ser más competitivas que aquellas que no lo hacen.
Autor: Fernando Vigorena y Asociados
Web: www.fernandovigorena.cl